Osho, maestro espiritual de la India, incorporó el baile para liberar estrés y relajarse. Valeria Dalarmelina (Abhí) transmite la disciplina en Rosario.
Por Belén Travesaro, la Capital
El ritmo acelerado, la sobrecarga de obligaciones, el apego a lo material y las exigencias, entre otros aspectos de la vida moderna, pueden llevar a la acumulación de estrés y tensiones.
Cuando hay poco tiempo para el disfrute, para relajarse y conectarse con la espiritualidad, el malestar se instala en el cuerpo y es común padecer distintos síntomas que avisan de que algo no anda bien. Una de las soluciones para experimentar un cambio en la calidad de vida es empezar a meditar en forma regular. Hay distintos tipos de meditación, una de ellas es la propuesta que dejó Osho, destacado maestro espiritual de la India ya fallecido.
Valeria Dalarmelina, facilitadora de Osho Meditaciones en Rosario, certificada en Puna (India), nos cuenta los beneficios de esta práctica que es original por incoporar la danza, la música, la risa y el movimiento.
Valeria transita desde 1998 un recorrido de enriquecimiento espiritual, que incluye meditación trascendental, biodanza, yoga y danzas, entre otras actividades.
Pero fue a partir de un viaje a la India en el 2012 que profundizó aún más en este camino. Su admiración por Osho la llevó a este viaje pero no imaginó que iba a terminar formándose en sus meditaciones en Osho International Meditation Resort de Puna, donde recibió la habilitación para abrir su Centro Osho en Rosario (Vivenciar Osho), donde actualmente guía a grupos en esta propuesta y también brinda sesiones individuales. Es arquitecta y artista plástica, lo que la llevó a también a participar en dicho Resort del programa Work As Meditation trabajando en cursos de pintura con el pintor italiano Videh.
A diferencia del tipo de meditación más conocido, donde uno está sentado y en silencio, este maestro incorporó el movimiento y la danza.
Experimentar esta práctica puede ser muy útil para liberar el cansancio, el enojo, los bloqueos emocionales y hasta incluso hacer catársis.
“Osho proponía hacer las meditaciones sin expectativas y con libertad. Si bien sugería tiempos y pasos determinados, consideraba que nadie puede decirte lo que tenés que hacer en la vida.
Nosotros ya nacimos con una semilla con información adentro. Sí se necesita un tutor que te guíe.
Las meditaciones se llaman activas y duran en promedio una hora. Son fáciles de hacer: la propuesta es respirar, vibrar, estar en silencio o danzar. También impartía una técnica que no la crea él, que se llama gibberish, que es hablar en lenguas, en un idioma que no sepas, de esta manera el cerebro izquierdo no puede controlar lo que decimos.
No se siente represión porque el otro no te entiende”, expresa. También incorporó la risa para entrar en un estado de relajación y paz. En cada una de sus sugerencias, el paso primero es cansar el cuerpo físico, ya sea riéndose, bailando, moviéndolo, para después entrar en la relajación mental y ahí sí permanecer quieto y en silencio.
“Por ejemplo, Nataraj, que es la meditación de la danza, abarca 40 minutos danzando, 20 minutos en silencio y 5 minutos restantes danzando. Propone no forzarnada sino q ue el movimiento surja solo. Cada uno danza como lo necesita”, aclara.
Cambios
Para experimentar cambios en la vida cotidiana se requiere una práctica regular y un compromiso de la persona. Si bien es sencillo ponerse a meditar, se necesita incorporarlo en los hábitos de cada día. Uno de sus objetivos es aquietar la mente, y dejar de estar permanentemente entre recuerdos del pasado y pensamientos asociados al futuro.
«Meditar es la esencia del ser humano, es estar en el ahora. Sin embargo estamos todo el tiempo yendo en contra de nuestra naturaleza».
Cuando la mente se va al pasado genera melancolía y tristeza, trae un dejo de nostalgia. Pensar en el futuro siempre trae ansiedad porque no hay manera de saber cómo va a ser. Si se vive en el presente las cosas te van llegando. A través de esta práctica empezás a ser consciente de cada acto que realizás y lo disfrutas. Se produce una gran relajación, no hay gasto de energía”, cuenta.
Los beneficios son la reducción de la ansiedad, la conexión con el presente, un estado de alegría y celebración interna, mayor disfrute de las pequeñas cosas de la vida. Además permite expresar y experimentar emociones y sentimientos reprimidos, y aprender el arte de observar nuestras pautas de conducta habituales de una manera nueva. Es decir, aprender a autoobservarse y ser testigo de nuestros actos para ir a la esencia de cada uno.
En este camino espiritual la celebración también tiene un lugar importante. “Osho planteó que a la India le falta lo que tiene Occidente, y a Occidente lo que tiene Oriente. La propuesta de él es que el ser humano de hoy tenga su parte espiritual y también su momento para la celebración”, aclara Valeria, quien recomienda a quienes quieran comenzar a leer algo de este maestro, “Autobiografía de un místico espiritualmente incorrecto”.
Taller experimental en Rosario
Está abierta la inscripción para participar del taller experimental de danza y respiración basado en las meditaciones activas Osho. El mismo se realizará el sábado 13 de septiembre (2014), en el horario de 14.30 a 18.30. La facilitadora es Valeria Dalarmelina y los cupos son limitados.
No se necesita experiencia previa y es para todas las edades a partir de la adolescencia. Tiene por objetivo el redescubrimiento personal a través de la danza, la respiración, el baile, la música, la observación y la celebración.
Sin ningún esfuerzo, invita a experimentar la atención consciente siendo testigos de nuestros pensamientos. Osho dijo, en este sentido, que una vez hemos probado ser testigos, es tan grande el gozo, que se quiere ir más adentro de nuestro ser. “La idea es a través de la respiración y la danza centrase en el presente, la autoobservación, sin criticar los pensamientos que vienen a le mente. Si vienen pensamientos, se los deja pasar”, dice la facilitadora.
Aceptación
Esta práctica conduce a un estado de calma y ayuda a la aceptación de los distintos estados emocionales. “Habrá épocas en que uno se sentirá más alegres y otras, triste. Porque la energía necesita equilibrarse”, agrega.
A demás permite soltar miedos, «que es el mayor invento de la mente humana». La sugerencia es venir a experimentar este proceso y ver cómo se siente uno.
Para más información ingresar en Vivenciar Osho, comunicarse al teléfono 155-941293 o escribir al e-mail: rosarioabhi@gmail.com
También se puede ingresar en www.osho.com, que es el sitio internacional. Centros de Osho hay, además de en Puna (India) en varios lugares del mundo como por ejemplo en Brasil y Europa. Cuando Osho murió en 1990, dejó sus enseñanzas a 21 discípulos y fue esa comunidad la que se ocupó de continuar con sus meditaciones.
Fuente: la Capital