La búsqueda de mi empezó con intensidad cuando quedé embarazada de mi hija, hace 9 años… de repente me di cuenta que no sabía quién era yo y no sabía que historias contarle de mi… le escribía cartas porque temía morirme como mi papa sin que yo lo conociera desde su experiencia, asi que me dedicaba a contarle de mi. Por mucho tiempo le conté lo que no era… ya no era católica o al menos estaba en recuperación de toda la culpa y el miedo que había engendrado de esa institución… no quería tampoco que me viera como psicóloga, que era la carrera que acababa de terminar, porque además le habia perdido el respeto… me parecía que juzgaban a otros por miedo a verse ellos. En ese proceso como que pude parar y ver todas los vestidos que tenían y no eran mios… y apenas veía un pequeño reflejo de mi rostro… ese reflejo me lo daba el amor por ella, el amor por el mar, por la lluvia, mi risa desnuda, mi fascinación con los sentidos, mi deleite bailando…. mi gozo por los chocolates y pequeños colores que me hacían de repente abrirme a una experiencia sin tiempo. Así empecé a estudiar psicología transpersonal, a meditar, a hacer biodanza y prácticas chamánicas. Asi un dia me encontré con uan foto de Osho y me impactó con locura… me sentí seducida y como invitada. La mujer que tenia la foto me leyó el Tarot de Osho y sentí que tenía que profundizar en el… algo pasó… amor a primera vista como los grandes amores. Luego empecé a leer mucho de él, de vez en cuando hacía meditación dinámica y desde todo la montaña rusa que se me abrió decidí separarme y viajar con mi hija a Londres… Londres fue un pretexto… iba a hacer una maestría en terápia de familia, era la carátula visible y entendible a los ojos de los otros… pero yo quería un espacio donde simplemente crecer y descubrirme como mujer, como mamá… quería un espacio que no juzgara para sostener con amor el espacio para que María, mi hija, fuera tan ella como se le antojara… En Londres estuve cerca de una comunidad de Osho, tomé sannyas… me lloré mujer, me descubrí mujer… me embaracé de mi en Puna del año pasado para mis cumpleaños y me dí a luz durante este año… me siento mas desnuda, mas real…. mas mujer… de nuevo soltarlo todo… cada final es un nuevo comienzo y viceversa. Osho con sus misterios me llevó a cerrar el ciclo de Londres y volver a Colombia para integrar acá esa que soy… para soltar viejos nudos invisibles a mi percepción desde la lejania. Aquí estoy… desnuda… abierta a la vida y su misterio… con más confianza que nunca… vulnerable… con dudas y ganas de correr al futuro y ver lo que me espera y devolverme a este presente para esperar tranquila… es un momento fértil… siento que nazco cada momento, me sorprende la incertidumbre… me conmueven mis dudas y miedos cuando me habitan pero me reconozco casa y a ellos visitantes. Ahi estoy haciendo un camino sin hacerlo… sin querer hacerlo… sé que mi femenidad y receptividad desde su paciencia se abren con compasión a mi masculinidad y mi mente voráz… quiero desde el corazón poder volar… abrirme a ser penetrada por la vida sin agenda ni pretensiones… quiero abrirme a recibir y a recibirme… pero cuesta… me cuesta… pero ahí voy… mas comprometida que nunca… con menos seriedad que siempre… me abro como un juego… desde el amor y la risa… desde la complicidad de encontrarme en trampas y desde la ternura que me genera sentirme tan desnuda, tan amante… tan confianza… ahi voy… entre contraindicaciones e incoherencias… danzando este misterio de descubrirme y ser… de celebrarme desde eso que ya soy… ahí… con corazón y risa de niña… con miedos y rebeldía de adolescente… con locuras de condicionamientos de mujer latina… con sueños de amante de la vida y el amor… ahi voy… con Osho en la panza y en el corazón jugando este juego de ser.
Gracias por el misterio de compartirnos y abrirnos… de reconocernos y conectarnos desde la distancia, desde la no mente… desde el viaje y la incertidumbre.