Una colombiana perdida en Buenos Aires (perdida de sí­)

Osho Akeed representa para mi una puerta!
Cuando llegué a Buenos Aires llevaba el firme propósito de volver a mí algo de conciencia ayudada por mente me amparaba en una caída libre hacia la tristeza y el sinsentido.
Mi corazón nublado por la mente, mi mente cargada de creencias inútiles, solo reforzaban patrones de comportamiento que me alejaban mas del anhelo de mi mismidad.
Esquizofrenia sería la carta que en el Zen Tarot de Osho podría resumir esta situación. Una cosa pensaba, otra sentía, otra hacía.
Para ese momento de mi vida, apenas aparecía un esbozo de conciencia, ese que te da el Ser a pesar de ti y que te anima a levantarte y creer que aún es posible encontrar afuera la sonrisa de un niño y con ello alimentar el instante.
Aparte del mero mundo de esa mente que explicaba, planeaba, se confundía, disertaba esa condición humana de la modernidad, dejó que las cosas que se vuelven indispensables, esas famosas AVC (Actividades de la vida cotidiana), me hicieran salir de casa para empezar a buscar la farmacia, la repostería y el mercado chino.
Las facturas y las masitas de la calle de Fitz Roy y Santa Fé, (tentaciones ineludibles al paladar de cualquiera, que disfrute con o sin culpa, de los maravillosos pecados alimenticios) funcionaron como un anzuelo tras el cual mi cerebro primitivo respondió y fue el camino perfecto que me llevó dos puertas mas allá¦
La primera era en esos tiempos un taller de carpintería que me distrajo lo suficiente para tropezar con un letrero en el que aparecía una de las palabras que mas fácilmente leo: Osho.
Osho Akeed en tinta violeta y de inmediato los números corrí a casa para llamar… nadie respondió en ese momento, pero pronto recibí una llamada que cambiaría el curso de los oscuros días en esa ciudad.
Primer martes discusión porque la música de la Meditación Kundalini no era la que esperaba ¡¡mirarme a mi misma!! ¿¿Para qué soy tan rígida?? El chico que la acompañó está lindo y no me responde.
Entonces regreso La Meditación Dinámica y otras meditaciones, así como algunas charlas con Tab, empezaron a hacer parte de mis rutinas Al principio asistente regular luego además como “dj” de la meditación dinámica Y entonces poco a poco reapareció en mi la Sannyasin…
Es lindo ver aquella luz interior que crece día a día, cuando vas limpiando cuando vas dejando al pasado morir y la vida se goza en presente.
Osho Akeed fue mi puerta a integrar de nuevo mi mente y mi corazón a dar confianza a mi cuerpo cuando los bastones desaparecieron, cuando empecé a abrirme para reencontrar ese resquicio por donde la luz del Ser se filtra.
Osho Akeed fue el lugar en donde las palabras y las cosas permitieron que la seguridad en mí y mi amor propio brillaran de nuevo.
Un lugar en donde la danza con otros buscadores, me reveló las propias proyecciones, me desnudo el ego. En este espacio reinicié la decisión firme de ser Zorba y Buda Las convivencias en Escobar y el Temazcal, oportunidades para llorar, reir, cocinar, compartir palabras y silencios, complicidades y secretos.
En especial Osho Akeed fue en ese momento de mi vida y de mi camino de búsqueda, el lugar en donde de nuevo el corazón sanó y pude sentir renacer el amor ese amor que mi nombre sannyasin significa.
Deva Ashika